¿Qué detectores de metales debo evitar absolutamente?
El universo de la detección está lleno de innovaciones, pero también de productos con promesas dudosas y si buscas comprar un detector de metales, puede ser un verdadero rompecabezas. Entre ellos, los detectores de largo alcance y otras marcas de detectores de metales que atraen a numerosos buscadores en busca de artefactos. Sin embargo, detrás de estos aparatos a menudo vendidos a precios prohibitivos en países en desarrollo, se esconde una realidad bien diferente: ninguna prueba científica valida su eficacia.
Presentados como revolucionarios, no se basan en ningún principio físico confiable. Este artículo analiza estos controvertidos detectores de metales y advierte a los buscadores sobre los riesgos de caer en estafas.
Los detectores de largo alcance o long range locator
Los detectores de largo alcance, conocidos como «long range locators», son a menudo presentados como una tecnología avanzada que permite localizar metales o piedras preciosas a varios metros, incluso kilómetros. Muy populares en África y Asia, estos dispositivos permanecen desconocidos en España (y por fortuna para nosotros), donde su eficacia se cuestiona ampliamente.

El principio de estos detectores se basa en la radiestesia, una práctica no científica y esotérica que afirma poder detectar objetos a distancia gracias a vibraciones o ondas invisibles. Los fabricantes ofrecen promesas impresionantes, como la capacidad de detectar oro a más de 30 metros bajo tierra. Sin embargo, estas afirmaciones no tienen ninguna base científica y no están respaldadas por ningún test creíble.
Varios modelos son comercializados con nombres evocadores como «Gold Hunter» o «Silver Detect Metal Locator Long Range«, generalmente con precios que van desde 500 hasta 6000 euros. El problema principal reside en la ausencia total de funcionamiento real. A diferencia de los detectores de metales convencionales, que utilizan principios electromagnéticos probados, estos aparatos no generan ningún campo medible.
A pesar de su ineptitud, estos detectores encuentran un mercado floreciente, especialmente en países donde las creencias en la radiestesia son muy extendidas. La falta de regulaciones estrictas y la rareza de verdaderos detectores de metales contribuyen también a la proliferación de estas estafas. Los vendedores explotan la credulidad de algunos buscadores al destacar una supuesta tecnología alemana o suiza para dar credibilidad a sus productos.
Los tests realizados sobre estos aparatos demuestran que no producen ningún señal detectable y que no se basan en ningún principio físico reconocido. En realidad, no son más que gadgets inútiles vendidos a precio de oro, confirmando que se trata de una estafa diseñada para atrapar a aficionados a la detección.
Los detectores de metales VEVOR
Los detectores de metales VEVOR constituyen una opción asequible para los aficionados a la prospección que buscan un equipo accesible. Disponibles en grandes plataformas como Amazon, Temu o eBay, estos dispositivos replican ciertas características de marcas renombradas, mientras que se mantienen dentro de un rango de precios entre 50€ y 200€.

A pesar de su precio atractivo, los detectores VEVOR ofrecen funciones interesantes. La discriminación de metales permite ignorar ciertos objetos indeseables como clavos oxidados o cápsulas de botellas, optimizando así las búsquedas. La pantalla LCD integrada facilita la lectura de información esencial, incluida la indicación del tipo de metal y la profundidad de detección, que puede llegar hasta 30 cm según el modelo.
La ergonomía de estos detectores ha sido pensada para un confort óptimo. Su peso ligero y su vara ajustable los hacen adecuados para todos los usuarios, independientemente de su tamaño. Algunos modelos están certificados como impermeables IP68, lo que permite usarlos en entornos húmedos como riachuelos, playas o zonas de baja profundidad acuática.
Además de los detectores, la marca ofrece diversos accesorios para enriquecer la experiencia de los usuarios. Algunos packs incluyen unos auriculares Bluetooth, un pinpointer para afinar las búsquedas, así como una mochila de transporte. Estos elementos aportan un verdadero confort adicional durante las sesiones de prospección en el terreno.
Aunque los detectores VEVOR seducen por su precio y sus equipos, su tecnología sigue siendo inferior en comparación con modelos competidores como el Minelab Vanquish 340 o el Nokta Simplex Lite. Además, el soporte postventa parece limitado, lo que puede ser un inconveniente para aquellos que buscan una asistencia efectiva. Sin embargo, para principiantes que desean iniciarse sin comprometer demasiado su presupuesto, estos detectores representan una alternativa interesante.
El detector de metales Golden Way
El Golden Way se presenta como un detector de metales eficiente para la búsqueda de oro y metales preciosos, pero al examinarlo más de cerca, presenta varias limitaciones significativas. Su sistema VLF a 10 kHz está lejos de ser ideal para la detección aurífera, ya que las frecuencias más altas suelen recomendarse para detectar eficazmente pequeñas pepitas de oro. Además, la profundidad de detección anunciada de 3 metros parece exagerada, teniendo en cuenta que los detectores VLF rara vez alcanzan más de 20 a 30 cm en condiciones reales.

Otro punto que levanta dudas es su sistema automático que impide cualquier ajuste avanzado. Si esto puede parecer práctico para un principiante, en realidad limita considerablemente las posibilidades de ajuste, haciendo que el detector sea poco adaptable a diferentes tipos de terrenos. Además, aunque ofrece dos modos de búsqueda (metales preciosos únicamente o búsqueda general), la ausencia de una verdadera discriminación avanzada puede llevar a muchas detalles falsos y una falta de precisión.
Desde el punto de vista de la ergonomía, el Golden Way es relativamente pesado con sus 5,75 kg, lo que puede resultar incómodo en sesiones prolongadas de prospección. Aunque viene con dos platos de búsqueda (30×30 cm y 15×15 cm) y unos auriculares Bluetooth inalámbrico, estos accesorios no compensan sus debilidades técnicas.
Finalmente, su precio de 1200€ es difícil de justificar frente a sus limitadas prestaciones. Existen detectores VLF mucho más eficientes para el oro, a menores costos. Aunque este modelo es popular en África, no parece ofrecer un verdadero avance tecnológico en comparación con otros dispositivos del mercado.