¿Cómo se limpian las monedas según el tipo de metal?
En la detección de ocio, la preservación y restauración de las monedas son pasos importantes y obligatorios para nosotros. Cada moneda cuenta una historia, pero puede perder su brillo con el tiempo, afectada por la suciedad y la corrosión. Ya sean monedas de cobre, bronce, plata u oro, cada objeto metálico representa un testimonio de nuestro pasado y requiere atención especial.
La limpieza y estabilización de las monedas son imperativas para su conservación a largo plazo, pero una limpieza excesiva puede ser dañina. Por ello, se recomienda adoptar un enfoque cuidadoso, evitando métodos agresivos que podrían causar daños irreversibles.
Este artículo presenta los diferentes métodos de limpieza de las monedas, adaptados a cada tipo de metal, con instrucciones detalladas y consejos prácticos para restaurar el esplendor de tus monedas mientras se preserva su valor histórico y estético.
Limpiar monedas de cobre
El lavado de una moneda de cobre es particularmente delicado, ya que se busca conservar la pátina verde mientras se eliminan las incrustaciones superfluas. El cobre se oxida al contacto con el aire y la humedad, formando cardenillo en capas sucesivas. El objetivo es mantener la primera capa de oxidación (pátina dura) mientras se eliminan las capas superiores y las posibles incrustaciones ferrosas.
Es necesario evitar productos ácidos (jugo de limón, vinagre, etc.) y priorizar medios mecánicos con solventes básicos y agua. Se comienza limpiando la tierra con agua jabonosa, luego se utilizan herramientas como palillos, cepillos de dientes suaves o rascadores de fibra de vidrio para eliminar el cardenillo superficial. Como último recurso, se puede usar un bisturí para retirar delicadamente las capas superiores de incrustaciones.

La regla de oro es no limpiar demasiado. Una moneda bien limpiada tendrá sus características y fecha legibles, incluso si su color difiere del original. La limpieza del cobre requiere esfuerzo mecánico, pero debe permanecer controlada para preservar las áreas sanas.
Limpiar monedas de bronce
Las monedas de bronce, frecuentes en la detección, son una aleación de cobre y otros metales. Su oxidación suele ser menos intensa que la del cobre puro, facilitando su limpieza. El proceso comienza con un lavado con agua tibia, eventualmente jabonosa, para eliminar rastros de tierra. El método más eficaz sigue siendo mecánico, utilizando lápices de limpieza. El objetivo es retirar la segunda capa de oxidación mientras se preserva la pátina dura en contacto directo con el metal.
Es muy importante no retirar la pátina protectora de contacto, ya que esto haría perder valor a la moneda. Este enfoque difiere del de los países anglosajones, especialmente en Estados Unidos, donde prefieren las monedas de cobre y bronce desnudas. La limpieza de los bronces, aunque más fácil que la del cobre, sigue requiriendo tiempo y paciencia.
Limpiar monedas de plata
La conservación de las monedas de plata suele ser buena, con una degradación oxidativa limitada, especialmente para la plata pura. Sin embargo, la plata sufre una sulfuración con el tiempo, creando un depósito negro en la superficie, a veces muy incrustado en monedas antiguas como los denarios romanos.
A diferencia de las monedas de bronce o cobre, no hay pátina que preservar. El objetivo es eliminar el ennegrecimiento mientras se mantiene el menor nivel de agresividad posible. El primer paso consiste en retirar la tierra para identificar y datar la moneda, ya que el lavado puede variar según la antigüedad de la pieza.
Es importante no confundir las monedas de plata con aquellas de cuproníquel, que requieren métodos de limpieza diferentes a pesar de su apariencia similar.
Limpieza de una moneda de plata con cepillo de dientes y pasta dental
Comience por enjuagar la moneda con agua tibia para eliminar rastros de tierra, luego séquela con un paño suave. Si es necesario, use un cepillo de dientes suave con pasta dental (que contenga bicarbonato) frotando suavemente en círculos. Un cepillo de dientes eléctrico puede ser eficaz. Enjuague abundantemente para detener cualquier reacción química.

Para una limpieza más profunda, utilice piedra de plata o bicarbonato mezclado con un poco de agua. Frota delicadamente la moneda entre tus dedos para disolver las manchas negras. Prefiera la piedra de plata al bicarbonato: este último es más abrasivo. Recuerde que cuanto menos se haga, mejor para preservar el estado de una moneda.
Limpieza de una moneda de plata por óxido-reducción con una hoja de aluminio
Un método alternativo para limpiar las monedas de plata consiste en utilizar un recipiente no metálico cubierto con una hoja de aluminio moldeada en forma de bol. Añada bicarbonato de sodio y agua caliente (sin ebullición) sobre el aluminio.
Deje las monedas en remojo durante 1 hora. Luego, séquelas con un paño suave y un bastoncillo de algodón empapado en alcohol. Este método utiliza un efecto de óxido-reducción catalizado por el agua caliente, transfiriendo la oxidación negra de la plata al aluminio.
Limpieza de una moneda de billón
La limpieza de una moneda de billón (aleación de cobre >50% y plata) difiere de la de una moneda de plata pura. Puede haber una doble oxidación: cardenillo y sulfuro de plata. La identificación previa es absolutamente necesaria para evitar confusiones con monedas falsificadas.
El método más seguro es usar bicarbonato mezclado con agua, una sustancia básica eficaz para la plata que no agrava la oxidación del cobre. Otra alternativa es el vapor de amoníaco, pero debe usarse y manipularse con precaución y al aire libre.
Evite productos ácidos como el vinagre, el limón o el aceite de oliva, especialmente combinados con sal. Proscriba cualquier limpieza mecánica agresiva que pueda exponer el cobre desnudo, provocando una oxidación continua.