¿Cuál es la reactividad de un detector de metales?
La reactividad de un detector de metales, o velocidad de recuperación, corresponde a su capacidad para analizar rápidamente una impulso eléctrico y transformarlo en señal sonora. Esta reactividad es propia de cada detector y puede ajustarse si tiene esa opción. Un detector reactivo puede separar claramente los objetos metálicos cercanos, produciendo un sonido distinto para cada objetivo. Esta función es muy útil en zonas muy contaminadas donde muchos objetos metálicos están agrupados. A la inversa, una reactividad baja puede ocultar objetivos interesantes detrás de objetos ferrosos cercanos.
No obstante, una reactividad alta reduce la profundidad de detección. Los detectores menos rápidos ofrecen una mejor cobertura, pero necesitan un barrido lento para mantenerse eficaces. Por lo tanto, hay que encontrar un equilibrio entre reactividad y profundidad, según el terreno. Algunos detectores, especialmente los modelos avanzados, permiten ajustar este parámetro para optimizar las prestaciones en función del nivel de contaminación metálica.
Al ajustar correctamente la reactividad, se mantiene una buena potencia y se gana precisión en la búsqueda.
¿Por qué es importante tener en cuenta la reactividad de un detector?
La velocidad de recuperación es la característica de un detector de metales que define la rapidez y la eficacia con las que el dispositivo puede proporcionar señales claras y distintas sobre varios objetos situados cerca unos de otros en el suelo.

Está claro que si eres un usuario de detector de metales, no quieres obtener sonidos únicos sobre grupos de objetivos, ya que un tal sonido no te dice exactamente si el objetivo es potencialmente interesante o no. Por lo tanto, la reactividad es realmente importante, y cuando se trata de elegir entre detectores con velocidad de recuperación baja, moderada o alta, la recuperación alta será ciertamente la opción a escoger.
En resumen, un detector reactivo logrará separar mejor varios objetos metálicos en una zona relativamente reducida, lo que se traduce en sonidos distintos para cada objetivo. A la inversa, un detector menos reactivo tendrá dificultades para distinguir cada objetivo y solo hará sonar uno mientras haya varios. Además, la situación puede volverse incómoda si uno de estos objetos es de hierro. De hecho, el hierro teniendo una conductividad bastante baja, siempre tomará el control sobre la identificación para un detector, lo que ocultará otros objetivos. Se habla entonces del fenómeno de máscara de ferrosos.
Tenga en cuenta que lo mismo sucede según el tipo y tamaño del plato de su detector que utilice. De hecho, el plato jugará un papel acumulativo sobre la reactividad. Es ahí donde la reactividad toma todo su sentido y su interés, especialmente en medios muy contaminados.
Más reactividad = menos profundidad
No obstante, una precisión es imperativa. La velocidad de recuperación del detector de metales puede influir en la profundidad de detección. Si la velocidad es demasiado alta, puede eliminar la capacidad de su detector para hacer penetrar sus ondas en profundidad, mientras que los aparatos con un procesador más lento pueden obtener mejores profundidades.
Si queremos hacer una comparación para explicar el fenómeno de reactividad, podemos usar la imagen de una lupa sobre una hoja de papel tratando de encenderla. Cuanto más reduzcas la superficie focal de los rayos del sol con tu lupa sobre la hoja, aumentará el calor en esa esfera de luz. Es exactamente igual con las ondas de su plato en el suelo con una alta reactividad. Las ondas serán reducidas bajo el plato para separar la selectividad de los objetivos. Pero al reducir este cono de onda electromagnética, pierdes matemáticamente en profundidad.
En el caso de aparatos más lentos, también debe tomarse en cuenta la velocidad de barrido para sacar el mejor partido. Un barrido más lento permite obtener una mayor profundidad de búsqueda y una mejor selectividad de los objetivos. Existen en el mercado aparatos, generalmente más caros, que tienen la posibilidad de modificar la velocidad de recuperación, y en ese caso el usuario puede ajustarla según sus necesidades de detección.

- Reactividad baja: el objetivo metálico potencialmente precioso está oculto por la reacción de un elemento ferroso residual ubicado cerca.
- Reactividad moderada: la respuesta del objetivo potencialmente precioso está solo parcialmente oculta por el elemento ferroso de mala calidad si este último está cerca.
- Reactividad alta: cada objetivo da una respuesta clara y distinta, produciendo señales que solo están parcialmente ocultas por el elemento ferroso de mala calidad.
También, un detector con una reactividad alta será menos potente en profundidad, pero mucho más preciso en áreas fuertemente mineralizadas. Además, un detector reactivo permitirá a su usuario barrer su plato más rápido, lo que permite caminar más rápido y cubrir más terreno.
A la inversa, no será prudente utilizar un detector reactivo en un terreno limpio y poco mineralizado. Por eso, puedes utilizarlo sin problemas, pero su fuerza no será aprovechada en este terreno. Además, te encontrarás limitado en profundidad, mientras que un detector con una reactividad más lenta podría sacar mucho mejor provecho.
¿Debería priorizar la reactividad de un detector de metales o la profundidad de detección?
Es importante considerar tanto la reactividad como la profundidad de detección de un detector de metales. La reactividad de un detector de metales se refiere a su capacidad para detectar objetos metálicos en proximidad inmediata. Cuanto más reactivo sea un detector de metales, más capaz será de detectar objetos metálicos de manera rápida y precisa.
Por otro lado, la profundidad de detección se refiere a la distancia a la cual un detector de metales puede detectar un objeto metálico. Un detector de metales con una mayor profundidad de detección será capaz de detectar objetos metálicos enterrados a profundidades mayores.
Es difícil priorizar uno u otro de estos factores, ya que depende del uso que planeas darle a tu detector de metales. Si buscas detectar objetos metálicos en proximidad inmediata, como monedas o joyas, podrías preferir la reactividad. Si, por el contrario, buscas detectar objetos metálicos enterrados a profundidades mayores, como tesoros o artefactos arqueológicos, podrías preferir la profundidad de detección.
Se recomienda informarse sobre las características de cada detector de metales y elegir aquel que mejor se adapte a tus necesidades según tu uso previsto.
¿Cómo ajustar la reactividad de tu detector?
Para ajustar la reactividad de tu detector, primero debes asegurarte de poder hacerlo. No todos los detectores tienen una reactividad ajustable. Solo los detectores de gama alta y algunos de gama media, como los Score de Nokta, tienen un ajuste de reactividad.

Si, por el contrario, tienes la posibilidad de ajustar esta reactividad, entonces deberás saber cómo deseas ajustarla más o menos fuerte (rápida) en función de tus necesidades. Esto dependerá de la naturaleza de tu terreno. Cuando llegues a un nuevo terreno de búsqueda, aquí tienes algunos buenos reflejos para utilizar mejor la reactividad de tu detector.
Primero, ajusta tu detector como acostumbras hacerlo (sensibilidad, frecuencia, discriminación, modo de detección). Para la reactividad, comienza ajustándola en posición medio. El objetivo es determinar si tu terreno está contaminado o limpio.
Luego, tendrás dos casos de figura que afinarán el nivel de reactividad que debes usar:
- Si escuchas que tu terreno está limpio, sin muchos desechos metálicos y con buenos sonidos bien distintos y espaciados a tu alrededor, la estrategia adecuada será bajar la reactividad para ganar en profundidad. Ten cuidado, ya que el barrido deberá adaptarse a esta baja reactividad y ser más lento. El detector necesitará estar más tiempo sobre la meta para sonar. Pero ganarás mucho en profundidad.
- Si, por el contrario, tu terreno tiene muchas metas bastante cercanas entre sí, buscarás que tu detector pueda diferenciar todos los sonidos de las metas cercanas. Al aumentar la reactividad, la reacción de tu detector para emitir un sonido será mucho más viva y rápida. El barrido del plato también puede ser más rápido. Tu detector entonces será capaz de separar muchas metas en una superficie menor.
La reactividad también puede influir en tu forma de barrer el plato. Si estás acostumbrado a barrer rápidamente, será conveniente aumentar la reactividad, y viceversa en el caso contrario. Pero creo que no debería ser el detector el que se adapte a ti, sino que tú debas adaptar tu barrido. Ya que diga más reactividad, también significa pérdida de profundidad.