La guía práctica y completa para encontrar monedas y otros hallazgos con un detector de metales
Aunque los hallazgos sean inciertos en cada salida, la perseverancia es esencial para disfrutar de la detección de metales a largo plazo.
La primera costumbre que se debe adoptar es excavar cada señal, incluso si el objeto parece estar profundo, y evitar discriminar el hierro, ya que esto puede hacer que se pierdan descubrimientos valiosos. Revisitar lugares ya explorados y examinar cuidadosamente cada agujero excavado también son prácticas recomendadas para minimizar el riesgo de dejar pasar algún hallazgo.
Este artículo ofrece una guía práctica para los aficionados a la detección, ya sean principiantes o experimentados.
Con un enfoque en la importancia del método, la perseverancia y el respeto a las normas legales, ayuda a los usuarios a disfrutar al máximo de su afición mientras se protege el patrimonio cultural. Durante las búsquedas, es posible encontrar una gran variedad de objetos: cartuchos de caza, latas, plomos de pesca o monedas de distintas épocas. Estos tesoros pueden hallarse tanto en playas como en zonas del interior; ¡lugares para detectar no faltan!
No obstante, encontrar una moneda en buen estado es poco común.
En promedio, de cada 10 agujeros excavados, solo una moneda será descubierta; el resto de los hallazgos suelen ser desechos metálicos. Aunque los tesoros son excepcionales, con técnicas simples y efectivas, este artículo te ayudará a optimizar tus salidas de prospección.
Utilizar buenas estrategias y métodos de detección
No siempre encontrarás monedas en la detección
Es importante saber que los hallazgos no están garantizados en cada salida. Muchos buscadores regresan a casa después de varias horas sin encontrar nada. Esto forma parte de la actividad, y la perseverancia es esencial para, de vez en cuando, hacer un descubrimiento interesante. En promedio, por cada 10 monedas encontradas, solo una estará en buen estado de conservación. Las demás generalmente estarán corroídas debido al desgaste o a los productos agrícolas. La suerte y el azar son la esencia misma de este pasatiempo, con aproximadamente un 2% de probabilidad de encontrar una moneda en buen estado por cada hoyo excavado.

Recuerda respetar las leyes locales sobre hallazgos históricos
También es importante recordar que solo las monedas modernas pueden conservarse. Todo objeto anterior al Reinado de Isabel II o a las leyes de protección patrimonial en España está relacionado con la arqueología. Por lo tanto, se recomienda devolver estos objetos al suelo para respetar la ley, notificando estos hallazgos a las autoridades competentes para su identificación y al propietario del terreno. Toda búsqueda basada en archivos históricos o mapas arqueológicos entra dentro del ámbito de la arqueología.
Excava cada señal, especialmente si el objeto parece profundo
Aunque la mayoría de las monedas se encuentran a pocos centímetros de profundidad, los especímenes más interesantes suelen esconderse más profundamente. La profundidad depende del trabajo agrícola, ya que los 60 primeros centímetros son removidos por los arados, mientras que un detector de metales tiene dificultades para alcanzar más de 40 cm.
Incluso con la discriminación del hierro activada, los clavos y otros desechos metálicos pueden alterar la identificación del objetivo. Un gran objeto de hierro puede sonar como un buen hallazgo, como una meteorito. Sin embargo, es perfectamente posible descubrir objetos más raros, como una moneda de Plata 1870 5 pesetas, con una señal débil pero profunda.
Nunca discrimines el hierro
Un error que nunca debes cometer al configurar tu detector es discriminar el hierro. Aunque los fragmentos de hierro son omnipresentes en el suelo, y los principiantes tienden a silenciar la señal del hierro para evitar sonidos molestos, es una mala práctica.
Hace unos años, los detectores de metales no permitían modular separadamente los volúmenes de las diferentes bandas de conductividad, y la única opción era discriminar completamente el hierro para no escucharlo en los auriculares. Sin embargo, los detectores actuales permiten ajustar el volumen y el tono del hierro de forma independiente respecto a las otras bandas. Trabajar en modo «todo metal» es esencial para no perder señales valiosas.

Escuchar el hierro a un volumen bajo y con tonos graves ayuda a identificar objetos grandes de hierro que podrían dar señales falsas y a reconocer los efectos halo de ciertas señales. Además, usar un modo de discriminación afecta el rendimiento del detector, reduciendo su precisión y profundidad de detección. Detectar hierro en un campo también puede ser un indicio de actividad humana antigua, como la presencia de herraduras de bueyes.
Es mejor no discriminar el hierro y usar las configuraciones de audio para reducir el volumen de las señales ferrosas, mientras mantienes una percepción precisa de las demás señales.
Intenta dividir el terreno en cuadrículas
El mayor temor de un buscador es pasar por alto un hallazgo. Para evitar este tipo de situaciones, es fundamental moverse con método.
- Primero, realiza un recorrido rápido por todo el campo para evaluar el tipo de hallazgos que podrías encontrar. Por ejemplo, comienza recorriendo los bordes del campo (lugares de paso y descanso, especialmente si el terreno está rodeado de setos) y luego haz dos pasadas por el centro del campo. De este modo, tendrás una idea más clara del tipo de hallazgos y podrás determinar el valor histórico del lugar.
- Si este primer reconocimiento resulta prometedor, será necesario cubrir todo el terreno de manera exhaustiva. La mejor forma es realizar un cuadrillado mental del campo y seguir ese patrón con el detector, asegurándote de que cada centímetro cuadrado del terreno pase bajo el plato, haciendo idas y vueltas en el mismo sentido a lo largo del campo.
- Finalmente, si los hallazgos son abundantes, puedes recorrer nuevamente el terreno en el sentido opuesto, dividiéndolo ahora en cuadrículas a lo ancho.
Regresa a campos o bosques ya prospectados
Volver a lugares ya explorados puede llevar a grandes descubrimientos, incluso después de una búsqueda exhaustiva. Muchos buscadores han quedado sorprendidos al encontrar objetos meses después, preguntándose cómo pudieron haberlos pasado por alto la primera vez. Esto se debe a varios factores: la probabilidad de no detectar un objeto es alta, especialmente en un terreno que está en constante movimiento debido a las máquinas agrícolas, el viento y la lluvia. La tierra siempre está cambiando, lo que hace que regresar a estas áreas sea muy provechoso.
Piensa en volver a lugares donde no tuviste tiempo de prospectar a fondo, como debajo de arbustos o en zonas de difícil acceso, y realiza pasadas más lentas para captar señales que pudieron haberse perdido anteriormente.
Verifica cada agujero excavado
Un terreno contaminado con escombros metálicos puede generar confusión fácilmente. Antes de abandonar un lugar, revisa cuidadosamente cada agujero con un pinpointer o con el modo de pinpoint de tu detector. No te dejes engañar por un simple trozo de metal que podría estar ocultando una moneda verdadera justo al lado.
La prospección debe ser metódica y minuciosa. Tómate el tiempo necesario para hacer las cosas bien, ya que puede que no vuelvas a tener la oportunidad de explorar ese terreno en el futuro.
Verifica el agujero que estás excavando
Es emocionante desenterrar monedas, pero también es fácil pasarlas por alto en un suelo contaminado con hierro y otros desechos metálicos. Verifica cuidadosamente tus agujeros con un pinpointer (como el Pro Pointer, por ejemplo) o con el pinpointer de tu detector antes de irte. Es bastante fácil dejarse engañar por un desecho metálico, mientras que una verdadera moneda podría estar justo al lado. Puedes pensar que es un desecho el que ha llamado la atención de tu detector, pero también podría ser una moneda. Por lo tanto, debes excavar siempre, sin ningún tipo de concesión.
La prospección requiere ser meticuloso y sistemático. Tómate tu tiempo para hacer las cosas bien, ya que no hay garantía de que vuelvas algún día a explorar el terreno que estás prospectando en ese momento.

El oro será muy difícil de encontrar con un detector
Es importante saber que encontrar oro, una pepita, o incluso una moneda o joya de oro sigue siendo muy raro, especialmente en un campo. No digo que no ocurra, solo que es bastante infrecuente. El oro suele estar en aleaciones, y su conductividad es muy baja, similar a la del hierro. Por lo tanto, si no prestas atención a los sonidos de tu detector, es muy fácil pasar por alto una señal.
Te aconsejo que excaves todos los sonidos que no sean muy claros. Al peor, será un desecho y habrás hecho una buena acción. Al mejor, habrás encontrado un objeto raro de oro. Ten en cuenta que, para este tipo de metal, es preferible usar un detector con frecuencias de 15 kHz o más.
Utiliza un equipo adecuado
Detector de metales adecuado para encontrar más monedas en los campos
No es necesario gastar una fortuna para encontrar monedas. El 75% de las monedas están hechas de cobre o aleaciones de cobre, lo que significa que un detector de baja frecuencia de 5 a 12 kHz será más que suficiente, y puedes encontrar modelos en torno a los 200 euros. Si utilizas un detector de frecuencia monobanda, elige frecuencias de 10 a 15 kHz, que ofrecen un buen equilibrio entre potencia y estabilidad.
Sin embargo, si tienes el presupuesto, un detector multifrecuencia como los Nokta Makro o los modelos Equinox, Vanquish (excelente relación calidad-precio) y Manticore de Minelab, puede ser una excelente opción para obtener un rendimiento superior.
Características importantes de los detectores de metales para encontrar hallazgos interesantes
- Ajuste manual del balance de suelo
- Discriminación del hierro
- Profundidad mínima de 10 cm
- La mayor sensibilidad posible sin perder estabilidad en la señal
Un detector no sumergible generalmente cuesta menos de 300 euros. Si no prospectas en agua, un modelo económico es suficiente. Detectores como el Garrett ACE 250 o 150, el Teknetics Eurotek, el Nokta Makro Xfind o incluso el Vanquish de Minelab son perfectos para encontrar tus primeras monedas en campos, bosques o playas.
Lo que debes recordar: Cuanto más profundo detecte un detector, menos estable será. Si tienes que elegir entre profundidad y estabilidad, siempre da prioridad a la estabilidad de la señal. Un detector estable, incluso si detecta a unos centímetros menos de profundidad, será más fácil y agradable de usar, con sonidos claros y sin señales falsas. En cambio, un detector inestable, aunque detecte más profundamente, puede perturbarte con ruidos innecesarios y señales falsas.
Un detector estable te permite prospectar durante más tiempo y cubrir más terreno, lo que aumenta tus posibilidades de encontrar objetos. Si tu detector genera demasiados ruidos, reduce la sensibilidad para mejorar la calidad de la señal. Detectar a profundidades extremas no siempre es la mejor opción.
Cambia el tamaño de tu plato para captar nuevos objetivos
Un plato grande permite alcanzar mayor profundidad que un plato estándar. Un plato más pequeño reduce el riesgo de enmascarar un objetivo con desechos o hierro, y ofrece mejor selectividad. Cambiar el tamaño del plato en un campo que ya has explorado es un poco como cambiar de gafas para una persona que quiere ver mejor de lejos y de cerca. Además, volver a prospectar un campo cambiando el plato permite que tu detector sondee la zona de una manera diferente.

Si usas discriminación del hierro, intenta cambiar a modo todo metal. La discriminación es un tratamiento de la señal que reduce la potencia y la profundidad de tu detector. Es recomendable prospectar cuando el suelo aún está húmedo. Las ondas electromagnéticas penetran mejor en el suelo cuando este está húmedo.
Lo que NO debes hacer en la detección para esperar mejores hallazgos:
No sigas las carreteras departamentales
Un truco menos conocido entre los prospectores es concentrarse en las carreteras departamentales. Hay dos criterios esenciales:
- Los números pequeños de las carreteras departamentales.
- Las carreteras departamentales rectilíneas.
¿Por qué? Las carreteras departamentales a menudo están construidas sobre o cerca de las antiguas vías romanas. Aunque no siempre es así, se observa que las carreteras de un solo dígito (como D3) suelen corresponder a vías romanas militares, mientras que las de dos dígitos (como D20) son vías secundarias.
Las vías romanas generalmente son rectilíneas, con curvas marcadas y cruces en ángulos cercanos a 70 grados, lo que crea alineamientos interesantes. Las vías secundarias romanas son paralelas entre sí y se conectan mediante carreteras. Así que, incluso sin un mapa, al observar las carreteras y los letreros, puedes detectar indicios de estas antiguas rutas.
Las vías romanas no siempre se encuentran directamente bajo las carreteras modernas, pero a menudo están cerca, a veces a varias decenas de metros. Concentrarte en este truco puede aumentar tus posibilidades de descubrimiento al ayudarte a imaginar la configuración de la época.
Ayúdate de la toponimia para evitar sitios arqueológicos
Estamos de acuerdo en que la detección debe hacerse al azar y no debe ser dirigida por información arqueológica. Esto va en contra de las normas de buena práctica. Por lo tanto, para ayudarte a evitar sitios potencialmente arqueológicos, la toponimia puede ser de gran ayuda para evitar que te encuentres en el lugar equivocado.
La toponimia es el estudio de la historia de los nombres de pueblos, aldeas, senderos, lugares específicos o cursos de agua en función de la raíz de su nombre. Y lógicamente, ciertos tipos de nombres de municipios deben hacerte pensar.
Primero, los nombres de pueblos o aldeas que terminan en “…ac” tienen un origen galo-romano. Más específicamente, es muy probable que se haya implantado una villa romana en estas localidades, como Agonac, Bourgnac, Chalagnac, Chantérack, entre otros. Ten en cuenta que con el tiempo algunas ortografías pueden haber cambiado.

Muchos otros nombres de ciudades o pueblos reflejan la presencia de los romanos, como las terminaciones “…an”, “…at”, “…as”, “…ey”, y hay muchas más.
Las terminaciones “…ange” o “…ing” indican una construcción de este lugar durante la colonización en la alta Edad Media. Generalmente, este lugar recibía el nombre de un fundador o un gran propietario de tierras de la zona, seguido de la terminación “…ange” o “…ing”.
Las terminaciones en “…ville” o sufijos como “borde…” o “mas…” indican la presencia de poblaciones de habla germánica en la zona.
La toponimia también permite obtener mucha más información sobre las costumbres en ciertos lugares. Algunos nombres de municipios o lugares específicos conservan el nombre de su pasado, ya sea:
- Topográfico: “Mont…”, “puy…”, “p(u)ech…” o “pey…” para hablar de altura.
- Oficios del hierro: “farb…”, “Faur…”, “fab…” para la presencia de una forja.
- Canteras y minas: “sali…” para la sal, “perr…” para la piedra, “arg…” para la plata, “au…” para el oro.
- Fortificaciones: “roque…”, “roche…”, “chateau…”, “castel…”, “cast…”, “mur…”.
¿Tengo derecho a utilizar documentos históricos para buscar un tesoro con un detector de metales en España?
Es ilegal excavar en sitios arqueológicos en España sin autorización. Estos lugares, tanto si son visibles como si no lo son, están protegidos por la ley, y cualquier excavación no autorizada se considera expolio arqueológico. El uso de detectores de metales en estos sitios sin el correspondiente permiso también está prohibido.
En la práctica, utilizar documentos históricos para dirigir una zona de búsqueda te saca del ámbito de la prospección aleatoria, lo cual no es compatible con la detección de metales recreativa. Es fundamental respetar la ley para proteger nuestros sitios arqueológicos, que son fuentes valiosas de nuestro patrimonio cultural. Si tienes interés en la arqueología, existen vías legales, como ser voluntario en una excavación autorizada o participar en proyectos arqueológicos regulados.